Una vida de oración....

Con los pocos años de experiencia que tengo, me he dado cuenta que a la mayoría de jóvenes cristianos en las iglesias, no les gusta orar!!!!! Pasan la vida luchando para cumplir las normas, van a la iglesia los domingos, hacen su holocausto en familia cada mañana y cada tarde, pero no tienen una comunión personal con el Señor. Quizá por nuestra corta edad confundimos que es una comunión con el Señor, pensamos que es algo que nuestros padres deben hacer con palabras rebuscadas y de una forma muy religiosa, o simplemente pensamos que con el hecho de ir a la iglesia y hacer el holocausto ya tenemos una comunión personal con el Señor. Creo que el Señor quiere algo más. El quiere que nosotros seamos sus amigos, una relación personal significa querer estar con una persona porque es sumamente especial para nosotros. El Señor quiere que estemos con el y que conversemos con el, que le abramos nuestro corazón, como a un amigo, que le cantemos cosas de nuestro corazón. Es como cuando una pareja esta enamorada, solo quiere estar con la otra persona, hablan cosas lindas y se dedican canciones románticas de su propia inspiración, hasta que llega el momento que se conocen tanto, que no pueden estar la una sin la otra. Cuando lleguemos a ese punto con el Señor, el vendrá y se va a casar con nosotros, con su iglesia. Veamos un ejemplo en la biblia, el joven David, David era un joven que amaba al Señor con todo su corazón, a tan punto que la biblia lo llama, “un hombre conforme al corazón de Dios” que honor, que el Señor nos llamara de esa forma!!!!! Esto solo era porque David y El Señor eran amigos!!!! Hablaban por días completos, David le cantaba himnos de su propio corazón, lo que el sentía por su amigo, tanto que escribió los Salmos. Casi todos los coros que cantamos en la iglesia hoy son salmos. Porque cantar siempre los coros de David si podemos cantarle nuestros propios coros, con nuestras propias palabras que nazcan de lo más profundo de nuestro corazón? Debemos hablar con el Señor, habla con El, haz que sea parte de tu vida, involúcralo en todas tus decisiones, no separes tu vida espiritual de tu vida secular, y sobre todo, habla del Señor, testifica, con tus amigos, familiares etc. Si le amas y le conoces, vas a hablar de el, con todas las personas que conozcas, como dice el Salmo “De la abundancia del corazón, habla la boca” Vamos a hablar de lo que vivimos cada día, de lo que está en nuestro corazón. Cuando dos personas se aman, y empiezan un noviazgo lo primero que hacen es ir a contárselo a todo el mundo, se lo cuentan a sus amigos, y si pudieran harán volantes para que todas las personas lo supieran. Deberíamos hacer lo mismo, hablar del inmenso amor de Dios, de nuestro amigo, que siempre esta allí para escucharnos, para animarnos y para consolarlos. No busquemos al Señor solo en los momentos de gran angustia……. BUSCALE HOY!!!!!!
Y ese será el secreto de una vida maravillosa compartida con el ser más especial, hermoso e incomparable de todos; “NUESTRO DULCE JESUS”.